¿NAVIDAD POBRE? ¡¡POBRE NAVIDAD!!

Navidad: extroversión dilapidante,
compulsión a un consumismo desmedido.
¿Alguien piensa en el que no puede comer
porque ya todo en la vida lo ha perdido?

Los parados, los enfermos, los reclusos,
los ancianos, los pobres, los desahuciados…
¿Qué celebran estos días todos ellos
en viviendo solos, tristes, marginados…?

Una cama, agua caliente, ropa limpia,
un bocado, unas palabras de cariño…
¿Valoramos lo que valen estas cosas?
¿Quién se anima a hacer feliz a un pobre niño?

Luis Arranz Boal (Sabadell)

El «Furor» de mis vecinos

(Todos hemos tenido algún
vecino “fogoso”)

Gritos, golpes, pataleos;
tembleques en ambas piernas.
¡Ay…! ¡Sí…! ¡Ya…! Ruidos, jadeos…
De amor, palabras eternas
a voces y sin rodeos.

Sudores, gozos sonoros…
Ese ir arriba y abajo,
esas risas –que son lloros-
forcejeo sin relajo
sudando por los mil poros.

Las cuatro patas que aguantan
vieja cama de madera
crujen, se quejan, se espantan…
Brincando de tal manera
que el cuerpo casi quebrantan.

Chirrían somier y suelo.
La libido resucita
provocando tal revuelo
que algún vecino se excita
y la vecina entra en celo.

La comunidad se asoma
por las ventanas a oír
cómo el marido la “toma”
con tanto ardor y sentir
que, a poco más, la desloma.

Sus sonrisas y miradas
denotan complicidad;
comentando estas sonadas
muestras de felicidad
-feroces y entrecortadas-.

Rematan tensa faena
con tan profundos gemidos
que, en noche de luna llena,
de lobos son los aullidos
con tan exótica escena.

Luis Arranz Boal

Indignados

(El más digno movimiento en contra de un estado de cosas infame)

Esta crisis no remite, no hay futuro.
Y el presente es muy difícil de afrontar.
Ningún hombre ni mujer tienen seguro
ni el trabajo ni el sustento ni el hogar.

Que nos quiten los servicios esenciales
y se aumenten sus sueldos y regalías,
Presidentes, Diputados, Concejales…
nos provoca indignación y antipatías.

Que nos cobren los impuestos recargados
porque tienen que pagar crasos errores;
que seamos los primeros en parados
y en nivel educativo, los peores.

Que el teléfono, la luz, el agua, el gas
y la cesta de la compra –cada día-
observemos cómo suben más y más
y llegar a fin de mes sea utopía.

Que te pongas hoy enfermo y ni siquiera
una cama de hospital vas a tener
porque está la sanidad de tal manera
que te mueres y nadie te va a atender.

Que los bancos y las grandes financieras,
consentidos por estos mismos gobiernos,
nos buitreen impunemente las carteras…
Compañeros, nuestras vidas son infiernos.

“Indignados” somos todos los mortales
que sufrimos tan perversa adversidad:
que unos pocos se enriquezcan a raudales
esquilmando al resto de la sociedad.

Y, por ello, ciudadanos muy conscientes
plantan cara a los que ejercen el poder
para hacernos efectivos y presentes
los derechos del hombre y de la mujer.

Defraudados por políticos bocazas
que no saben controlar tal situación,
se atrincheran en las calles y en las plazas
intentando encontrar una solución.

Los gobiernos tienen pánico a esta gente,
a su fuerza y a su forma de luchar:
¡¡“Disolvedlos de manera contundente.
Y que sirva como castigo ejemplar”!!

Pero nada para ya a los “Indignados”
porque luchan con la fe del vencedor.
Los inútiles tienen los días contados…
¡Adelante! es hoy un grito arrollador.

“Contra un gobierno indignante,
actitud beligerante”.

“Quien no se sienta indignado
o es indigno o está comprado”.

Luis Arranz

Los Jóvenes

Voz grave, barba, tabaco,
tejanos marcan “paquete”,
rapado, cresta, teñido…
Así marcha el mozalbete.

A veces cambian de “look”
y enseñan el calzoncillo,
la bragueta a media pierna…
corte de pelo “al cepillo”.

Las bambas desabrochadas,
los pantalones roídos;
la camiseta estampada,
musiquilla en los oídos.

Pasión por el videojuego,
internet, televisión,
los deportistas famosos
o el mundo de la canción.

Según en qué tribu estén
así tendrán el atuendo.
En unos casos, visible;
en otros casos, horrendo

Y, así, vemos pijos, punkys,
heavys, skins o raperos;
como también, grunge, hippys
góticos, sharps o rockeros…

Un ciclomotor trucado,
la chavala le acompaña,
amiguetes no le faltan
y, en el ligar, buena maña.

El cubata en el “bareto”,
el porro en el “botellón”
y la caja de condones,
por si surge la ocasión.

De lunes a viernes, “curro”,
la “Uni”, la biblioteca…
Y el fin de semana, en grupo,
se van a la discoteca.

Pasan en vela la noche,
a las juergas entregados.
Por las mañana, dormidos,
y, por la tarde, cansados.

Algunos son deportistas
y pasan de este consumo.
Llevan una vida sana
donde no hay drogas ni humo.

Otros tienen aficiones
e intereses culturales;
y ocupan sus ratos de ocio
tareas intelectuales.

Hay también quien se dedica
a ejercer de voluntario,
monitor de tiempo libre,
trabajador solidario.

Muchos de ellos –cumplidores-
trabajan de forma activa;
pero a algunos les seduce
la “vida contemplativa”.

Se pelean con sus padres
por escapadas nocturnas
porque han dejado, incompletas,
obligaciones diurnas.

Reclaman con energía,
tienen sus propios secretos
y, en cuestión de sexo y chicas,
se muestran poco discretos.

El dinero les va justo
para ir los gastos cubriendo.
Los padres se lo van dando
conforme vayan pudiendo.

Pero ellos quisieran más
que la porción que reciben.
Los problemas del hogar
casi nunca los perciben.

Comienzan a trabajar…
no pueden marchar de casa.
Su sueldo no lo permite
y esperan a ver qué pasa.

No les da mucho de sí
su poder adquisitivo.
Pero se compran un coche
tuneado o deportivo.

“Mileuristas” a los treinta
-obligados, ellos y ellas-
continúan con sus padres
en “hotel de cinco estrellas”.

Cuando, por fin, ya se largan,
sus papás estarán hartos
de aguantar malos modales
y de gastarse los “cuartos”.

Se juntan con su chavala
y formarán un “nidito”.
La pareja durará
si hay cariño y dinerito.

Si falta algún ingrediente,
cada cual va por su lado.
Vuelven de nuevo a sus casas…
¡Y colorín, colorado!

Luis Arranz Boal
Sabadell

Poema dedicado a los chicos jóvenes con la intención de comentar algunas de sus circunstancias.

Las jovencitas

Las chicas -hoy día-
visten muy modernas.
Diversos modelos
de cabeza a piernas.

En algunas prendas
un color muy vivo;
y el tipo, delgado
-que es más atractivo-.

Escote atrevido,
enseñan el tanga,
pantalón caído,
camisa sin manga.

Pendientes de aro,
móvil en la mano,
cutis bronceado
y el “top” casi enano.

La falda pequeña,
la barriga al aire,
el ombligo lucen
con gracia y donaire.

Mallas o piratas,
pantalón “cagado”,
el pelo revuelto,
bien engominado.

Tatuaje en el hombro,
“piercing” en la cara,
el tejano largo,
la blusa más cara.

El pelo planchado,
recién depilada,
un bolso pequeño
y bien maquillada.

En ciertos eventos,
como una maruja:
vestido de fiesta
y tacón de aguja.

Pulsera de plata
y anillo pequeño.
Miles de ilusiones
colmarán su sueño

Y con estas y otras
mil combinaciones,
ordenan sus gustos
y sus decisiones.

De esta guisa vemos
a las jovencitas.
Se sienten seguras
y se ven bonitas.

Conocen muy bien
el M.P.3.
pero pocas usan
escoba, olla exprés…

A veces contestan
con muy malos modos,
gritan al hablar
y hablan por los codos.

Exigen al padre,
a la madre exprimen
y, con el hermano,
su fuerza dirimen.

Casi todas suelen
beber y fumar,
practicar deporte,
ligar y cantar.

Su amor por “su chico”
siempre es un secreto.
Y el trato con él,
cercano y discreto.

Dedican un tiempo
a su coqueteo,
revistas de moda
y del “famoseo”.

¡Que no se te ocurra
negarle un derecho!
Pagarás el doble
por haberlo hecho.

Su furor expresan
cuando les invades
su terreno propio.
También sus “maldades”.

Y, cuando te abrazan
y dicen: ¡Papitooooo!
es para que sueltes
algún dinerito.

Te dan cuatro besos
y unos achuchones,
hurgando el bolsillo
de tus pantalones.

Aguantas palabras
y malos modales;
ella se enfurece
y grita a raudales.

Así hasta que un día
te dicen: “Papá,
me caso -o me junto-
y me marcho ya”.

Hasta ese momento
la lucha es muy dura,
porque ella no cede
nunca en su postura.

Ese mismo día
te sale la vena
paterna y, entonces,
te invade la pena.

Olvidas, al punto,
lo malo anterior;
procuras que tenga
todo lo mejor.

Piensas que tu niña
será desgraciada;
pero, en cambio, ella…
¡Se marcha encantada!

Se monta su vida
con algún galán
y aprenden que tienen
que ganarse el pan.

No quieren retoños
porque -al comenzar-
hay que pagar piso.
También disfrutar.

Al cabo de un tiempo,
el nieto te encaja
para que lo cuides.
Porque ella trabaja.

N.B. Poema compuesto pensando en algunos aspectos de las chicas jóvenes en general.
Luis Arranz Boal