Pregón de la Subida

“HOLA BERNARDOS”

Suenan las notas de las dulzainas, ecos de sonidos agudos, a veces estridentes, que se mezclan con los golpes de los palos, todos juntos a un mismo son, rodeados del bullicio y la algarabía de propios y extraños, de los de aquí y los de allí, de los de siempre y de los nuevos. Ese sonido, que a mi particularmente, me evoca añoranza y melancolía, y que casi siempre me pone un nudo en la garganta, porque de nuevo, diez años después, estamos todos juntos en Bernardos, la Virgen del Castillo mediante, para celebrar su fiesta.

“Hola Bernardos, Bernardos de mi querer, mi querer…”

No, no ha cambiado la letra de la cantinela que baila al ritmo de los palos y las dulzainas, pero no es el momento de decir Adios, sino Hola. Ya nos despediremos y diremos “Adios” cuando los últimos pasos de la “Respingona” vean entrar el miércoles a nuestra Señora por la puerta de la iglesia. Ahora toca saludarnos y dar la bienvenida a todos los hijos de Bernardos que vienen a disfrutar de una fiesta sin parangón, a venerar a su Virgen, a que la efeméride les sirva de excusa para reencontrarse con familia y amigos a los que quizás hace tiempo que no vieron.

Saludamos y acogemos a todos aquellos que vienen, pero si unos vienen, otros ya estaban aquí. Todos aquellos para los que la Subida dura 10 años, exactamente desde que acabó la última, y desde entonces, en uno u otro sentido, la han preparado o se han preparado para vivirla y sentirla, desde los miembros de las peñas y Asociaciones, hasta los del Ayuntamiento y Cofradías.

Su trabajo, su esfuerzo y su ilusión se refleja allá donde fijes la vista, en los preciosos arcos, en la decoración de calles y balcones, hoy escaparate ante España, en las camisetas, pañuelos, y todos los elementos conmemorativos realizados para la ocasión.

Algunos de ellos, para los que esta fiesta era su máxima ilusión, no han podido llegar para estar junto a todos nosotros en la Plaza, pero seguro que allá donde estén la disfrutan como suya, y yo desde aquí les recuerdo, y también les saludo.

Vivamos pues la fiesta con ilusión y fervor, con buena armonía entre todos, respetando creencias y devociones, las ganas de fiesta de unos y el sentimiento más religioso de otros. Para todo hay espacio. Y con esa actitud, mañana cuando la Virgen del Castillo abandone la iglesia por unos días, para regresar a “su casa” pueda sentirse orgullosa de su pueblo y decir … algo así:

“Que bonita está mi villa,

me la han llenado de flores,

calles, ríos de colores,

hoy eres la luz de Castilla.

Bajo por la de la Iglesia,

seis estaciones me esperan,

los más jóvenes palotean,

todos rinden pleitesía.

Están cantando una Salve,

mi piel plomo se estremece,

los alientos enmudecen,

nadie queda inalterable.

Ya llegamos a la Plaza,

suenan jotas y dulzainas,

brotan fugaces lágrimas,

difícil es la templanza.

Pasamos bajo el quinto arco,

a lo lejos el Castillo,

suena presto el “Pajarillo”,

yo soy pintura, él es marco.

Nuestra última parada,

todo el pueblo en procesión,

es menester la ocasión,

de que vaya acompañada.

Entre el polvo del camino,

camino de mi morada,

aroma a tomillo exhala,

huele a muralla, al Castillo.

Mendizábal engañado,

entre dos rocas la ermita,

late el corazón, ¡palpita!

la Subida ha terminado.

Ya en el cerro, en la explanada,

diviso el “Mar de Castilla”,

en el horizonte brilla,

el sol sobre la arbolada.

Y a la contra, Las Canteras;

el paisaje se desgarra,

cuando corta la pizarra,

nuestra esencia verdadera.

Hacia abajo echo un vistazo,

el Eresma entre pinares,

aguas que movían telares,

pinta el paisaje en un trazo.

Ante el altar de mi ermita;

donde me encontró Bufeta,

un pueblo entregado reza,

¡Viva nuestra patrona! grita.

Ni de juglares ni bardos,

proviene esta inspiración;

Exclama la Virgen con pasión:

¡Hola! y… ¡Viva Bernardos!

Raúl Carreras – Ganador del concurso de pregones

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Una respuesta a “Pregón de la Subida”

  1. ¡ENHORABUENA! al ganador. El pregón me gusta. Es bonito.

    Y una pregunta a la comisión encargada del pregón:

    Si en las bases de la convocatoria se exigía, como máximo, un texto con una extensión de 300 palabras y el pregón ganador consta de más de 650…

    ¿Para qué se pusieron estas bases si la propia comisión no las respeta? Podrían haber hecho una rectificación de ellas en su momento.

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